domingo, 20 de julio de 2014

Últimos avances contra la degeneración macular

El 26 de junio, en el programa de Barcelona TV Terrícoles, fue entrevistado el Doctor Jordi Monés, un referente mundial en mácula y retina. El doctor explica que acudió a un congreso de farmacología ocular en Reykjavik, donde se expusieron los últimos avances en los tratamientos contra la degeneración macular. 

En este enlace podéis ver la entrevista completa. 

 Ahora voy a resumir algunos de los puntos más interesantes que ha comentado el Doctor Monés. En primer lugar, hay que saber que la degeneración macular es la primera causa de pérdida de visión y ceguera en Occidente. Se calcula que de las personas mayores de 75 años, un 6 % la sufren de forma grave, es decir, invalidante. Y un 30 % la sufren en mayor o menor grado. Estamos hablando de millones de personas que, en una etapa de su vida que, como dice el Doctor, se quiere más contemplativa, sufren una pérdida grave de visión y, por tanto, de calidad de vida. 

Hay dos tipos de degeneración macular, la seca y la húmeda. La seca, que es más rara, es la más grave, pues provoca ceguera y aún no existe un remedio definitivo. Los tratamientos que se están ensayando empiezan a dar resultados prometedores, pero están en fases muy iniciales. La degeneración macular húmeda, que es la que yo padezco, hasta el año 2005 era inexorable y también conducía a la ceguera. Pero a partir de esa fecha, se dio un salto cuántico en su tratamiento. Apareció una generación de fármacos antiangiogénicos, es decir, que frenan la proliferación de venitas y capilares, responsables de las exudaciones y distorsión visual. Estos fármacos, que se inyectan dentro del ojo, han sido la salvación para muchas personas, en las que me encuentro incluido. 

Pero se puede hacer más, como dice el Doctor Monés. Ahora mismo se están ensayando nuevos fármacos más eficaces que pueden no solo frenar, sino mejorar las condiciones de la retina. Estos fármacos están ya en las fases finales de experimentación con pacientes y es cuestión de unos pocos años que sean accesibles al amplio público. 

Todavía hay otras opciones, más revolucionarias y aún en fases muy iniciales. Son los implantes, ya sea de chips eléctricos o de células vivas que pueden regenerar la retina. Esta sería la meta más ambiciosa y deseada: la regeneración del tejido. 

Para entender un poco cómo funcionarían estos implantes, hay que saber que en la retina hay tres tipos de neuronas: las que captan la luz, las transmisoras, que enlazan los captadores de luz con las neuronas siguientes y las que conectan directamente las señales con el cerebro. La degeneración macular afecta a las primeras neuronas, y son estas las que se pueden regenerar o bien complementar con los implantes eléctricos. Aunque suene a ciencia ficción, como dice el Doctor Monés, es una realidad que veremos en un futuro no muy lejano. Esperamos que todas estas investigaciones sigan adelante y muchos pacientes podamos beneficiarnos de ellas.

 

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