domingo, 5 de enero de 2014

Beber vida

En otras entradas he hablado de la importancia de la alimentación para la vista. Y de cómo cambiar los hábitos alimentarios constituye una auténtica conversión. Cuando se da este cambio, la mejora es sustancial y sorprendente. Nuestro cuerpo está diseñado para vivir sano y responde de inmediato a cualquier cambio positivo en lo que comemos.

Hace unos meses conocí lo que se llama jugoterapia, o terapia con jugos. Se trata de seguir, durante un tiempo prudencial, una dieta a base de zumos vegetales recién hechos. Estas dietas no deben prolongarse más de quince días, según los expertos, pero son muy beneficiosas por los efectos que producen en el cuerpo:

·       Desintoxican de las sustancias acumuladas durante años, que se depositan en los intestinos y en el hígado, y van a parar a la sangre y a las células. Estas toxinas provienen de una alimentación excesiva e inadecuada, con aditivos propios de la comida procesada, químicos procedentes de los cultivos, contaminantes, etc. El estrés también intoxica el cuerpo, pues impide hacer una correcta digestión de los nutrientes. Lo que no se digiere bien no alimenta y contamina la sangre con gases, compuestos que ralentizan el metabolismo celular, etc. La terapia de jugos ayuda a eliminar toda esta suciedad interna acumulada.

·       Alimentan: un jugo natural, de frutas y vegetales, recién exprimido y tomado de inmediato es una bomba vitamínica, de minerales, enzimas, agua orgánica… Como está líquido, pasa muy poco tiempo en el estómago y va directo al intestino delgado. De allí los nutrientes son absorbidos y llegan a la sangre y esta los lleva a las células. Lejos de ser un alimento pobre, los jugos naturales son un super-alimento que puede  paliar muchas carencias nutricionales. No es lo mismo alimentarse que comer. Podemos llenarnos de mucha comida basura, engordar y al mismo tiempo padecer anemia y desnutrición, algo común en no pocos obesos.

·       Regeneran. Al limpiar por un lado y nutrir por otro, los jugos ayudan a regenerar las células y los tejidos del cuerpo. Esto resulta en un mayor bienestar, un mejor funcionamiento y un aspecto lozano de la piel. En pocos días se notan diferencias.

Este verano seguí la jugoterapia con resultados muy buenos. No pasé hambre. Me sentí ágil, muy lúcido mentalmente, sano y despejado. Muchas personas me han preguntado el por qué de mi mejor aspecto. Este es el secreto: jugos naturales y muchas frutas. A ser posible, de cultivo ecológico.

Antes de iniciar una terapia así conviene asesorarse con un terapeuta nutricional y seguir su orientación. Los jugos deben ser abundantes y variados, mejor de frutas y hortalizas del tiempo. Aquí tenéis un ejemplo de lo que se puede tomar al día:
  • Mañana: jugo con apio, limón y frutas del tiempo, las que se quieran. Si se le añade piña, melocotón, uva, pera, fresas u otras dulces, queda delicioso.
  • Mediodía: jugo tipo gazpacho, con hortalizas y verduras de hoja verde, que no falten (tomate, cebolla, lechuga, ajo, pimiento, zanahoria, apio, etc.)
  • Tarde-noche: jugos dulces con frutas variadas.

Podéis pensar que estas mezclas son un poco extrañas. No se recomiendan en comida sólida, pero el jugo, como se le ha extraído la fibra, admite combinaciones muy originales y sabrosas. Por ejemplo, a mí me gusta poner siempre apio a los jugos, por su poder alcalinizante, y a menudo limón. A partir de aquí, añado lo que tenga a mano, y lo que sea del tiempo. ¡Creatividad! Por internet encontraréis mucha información y recetas riquísimas.

Explicación de la jugoterapia:
Jugos curativos:

Tengo que añadir que algunos médicos, como el Doctor Gerson, creador de la terapia Gerson, se basan en la jugoterapia para tratar cánceres y otras enfermedades de difícil curación, con mucho éxito.

Se aconseja hacer esta cura dos veces al año, en primavera y en otoño, que son las épocas de cambio de tiempo, cuando el cuerpo necesita limpieza y mantenimiento para afrontar la siguiente estación. En mi caso, después de los 15 días de jugo he continuado haciéndome zumos regularmente, solo por las mañanas y a días alternos.

Es verdad que supone una inversión: en frutas buenas y en una juguera. Las licuadoras comerciales no pueden extraer jugo con la misma calidad que una juguera de baja velocidad, que funciona como una prensa, sin cortar a cuchilla los vegetales y sin oxidarlos. Los jugos obtenidos así son mucho más densos y nutritivos. Basta comparar la textura, el sabor y el color entre unos y otros. 

Si alguien está interesado, tengo unos amigos en Besalú, cuya empresa vende estas máquinas y las envía a domicilio. Además, ellos comercializan alimentos orgánicos de gran calidad. Este es el enlace:  http://www.mundoarcoiris.com/

Finalmente, me diréis, ¿esto qué tiene que ver con la vista? Mucho. Los nutrientes frescos llegan directos a los capilares sanguíneos y a las células del ojo. Y ya comenté en otra entrada que el ojo necesita 20 veces más oxígeno que el cerebro y muchos nutrientes contenidos en las frutas: vitaminas y minerales. Personalmente, he notado una mejora desde el verano hasta ahora. Lo más llamativo: claridad en la visión y mayor intensidad en la percepción de los colores. A todos, incluso a los que estéis bien, como medida preventiva y para dar un salto cualitativo a vuestra salud, os animo a que lo probéis.

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